miércoles, 17 de octubre de 2007

~Las mil fotos~

Ayer por la tarde me fui a la cafetería después de ir a trabajar en un centro en la facultad de derecho. Estaba tomando algo y hablando con un amigo, y de repente me llaman por teléfono y, cómo no, me trastocan los planes. Acepté aparecer en una pequeña escena de un trailer que se iba a hacer para una partida de rol en vivo. Me quitó bastante tiempo, y no pude hacer otras cosas que consideraba importantes, pero con tal de ayudar…, me daba igual; además me hacía ilusión aparecer en un vídeo, aunque fueran unos segundos. Ahora lo pienso y ojalá no pongan esa escena.

Pero sí puedo afirmar que fue una gran oportunidad para seguir mirando. Y más allí, al lado del edificio de Los Caídos. Una foto perfecta hubiera sido la de las fuentes en funcionamiento, mirando desde el gran edificio; aunque también mirándolo desde el lado contrario, por la calle de Carlos III, por la que anduve desde la parada de autobús hasta mi lugar de destino. Por el camino también me di cuenta de la cantidad de tiendas de zapatos que hay. Casi siempre que he ido por esa calle ha sido para mirar alguna tienda de ropa y para ir a alguna cafetería, pero ayer descubrí que hay más de lo que yo pensaba.

Llegué a los arcos que hay en la entrada del edificio, y lo primero que hice, aparte de saludar, fue ver lo bonito que era todo aquello. Había niños jugando, y gente sentada en los bancos. Pero lo que más me gustó fue el parque que hay enfrente. Los grandes árboles que devoran su entorno y, que a su vez, evitan los chorros largos que expulsan las fuentes, las escaleras que parecen sacadas de una película,…

Pero el trailer no se hizo allí en medio, sino al lado izquierdo del edificio. Por supuesto, la gente se quedaba mirando. Y lo más característico es que, en su mayoría, la gente era mayor, ancianos que pasaban por allí. Yo me tuve que poner en un lugar específico para pedir a la gente que no pasara por allí, porque estaban rodando un trailer. Y esa tarea era demasiado aburrida. De ahí que me fijara aún más en lo que tenía alrededor. Los arcos creaban formas en el espacio con las que fácilmente podías sacar una fotografía interesante. Pero la composición que más me gustó fue la del edificio en honor a “los caídos”, mirado desde un costado y desde abajo. Es difícil explicar cómo era la fotografía. Sólo se veía parte de la pared y la cúpula de ese color azul tan bonito, formando un contrapicado.

Por supuesto, las pocas escenas del trailer que hicieron podían ser fotografiadas perfectamente. Además, en éstas se veía cómo una chica iba quitándose del medio con una katana una serie de personajes oscuros. Todo iba como a cámara lenta, de ahí que las posiciones de lucha crearan formas bonitas para ser fotografiadas. Antes de que se hiciera de noche nos tuvimos que ir, y yo me dirigí en autobús, otra vez, hacia mi casa.

Y aquí estoy, escribiendo la reflexión de partes de mi día colgada a la cámara. Ahora mismo, una fotografía sería la de mí escribiendo en el portátil, pero entonces no podría hacerla yo, así que… a utilizar la imaginación, como con el resto de lo escrito.

Ahora que he tenido la oportunidad de saber cómo sería despertarse y ver mi cuarto con otros ojos; salir a la calle y fijarse en el camino de ida a la universidad, ver que ese camino que siempre haces es diferente cada vez que pasan los días, y que a su vez, aunque sea el mismo recorrido, la vuelta a casa cambia por completo…, me parece que es muy importante MIRAR y no sólo ver. Es como pedir que alguien te escuche y no, que sólo te oiga. Eso es lo que nuestro entorno nos pide, para eso está ahí, delante de nuestras narices y detrás; y quiere que lo miremos, que lo sintamos.

“Aun sin la cámara, mantén la mirada activada”

1 comentario:

Juan Canada dijo...

Marta: Excelente trabajo. Se nota que has trabajado bien.

Adelante,

Juan Cañada